Enterrada parte 4


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Estefanía fue a darle las gracias a Miguel Verne, dejando su Honda cerca del porche de la casa de este. Entró en la casa. Los escalones crujieron cuando ella subió. El pasillo era estrecho, tenía dos puertas a cada lado. Con las paredes blancas, cuadros pintados de diferentes épocas. Gritó:
-Hola, ¿hay alguien ahí?
No había respuesta. Esta vio las escaleras, la subió. Echó un vistazo en el piso de arriba. No vio a nadie. Bajó. Fue a echar otra mirada al cobertizo, cuando de repente vio un hoyo en la tierra. Se acercó. Dentro había una caja de madera grande, donde dentro había, lo que parecía ser el cuerpo de una joven sin vida. Tras eso, notó un golpe en su nuca.
***
Empezó a llover, el barro de las botas se estaba secando. El extraño abrió la puerta del copiloto la furgoneta. Raquel miró con los ojos mojados al hombre. Raquel salió de malas de la furgoneta, con la camisa de manga echa girones. Sintió frio. Seguramente sería las tantas de la noche. Era uno de los muchos callejones oscuros que había por Alcalá. No veía a nadie para pedir ayuda. La chica estaba asustada, sin saber bien que hacer: quería gritar o seguir callada. El secuestrador la miro a sus bonitos ojos. Esta le reconoció enseguida. Era su padrastro. Él llevaba un chubasquero mojado. Sacó una toalla de la furgoneta y se la dio  a Raquel. Ella lo rechazó y apretó los dientes. Tras esto,  intentó serenarse para huir de la situación. Intentó avanzar a grandes zancadas hasta el final del callejón, No lo consiguió. El sujeto la agarró de un brazo y con la fuerza que tenía, hizo que el cuerpo de Raquel chocase contra la furgoneta. Dolorida, gritó. Nadie la oyó. El extraño le dio la vuelta para que le mirase a la cara. Ella le escupió en el rostro. El hombre le pegó una leche a Raquel en la cara y ella se llevó las manos a la cara. El hombre pidió perdón. Cerró la puerta del copiloto.
-¿Qué coño quieres?-preguntó Raquel asustada.
-Soy el novio de tu madre y quiero hablar contigo.-Respondió este gritando. Las gotas de sudor cayeron por la cara gruesa que tenía.-Solo quisiera tener una pequeña conversación contigo. Por favor, hablemos.
-¿Que es lo que quieres?-volvió a cuestionar la joven.
-Primero que te seques con la toalla.- dijo, volviendo a coger el paño arrugado. Ella se secó la cara. Él continuó.- Escúchame, solo quiero saber como estas. ¿Porque nunca oíste mis palabras?
-¿Porque le alzaste la mano a mi madre?, sabes, eres un ca...
Tras esto, ella atacó al hombre. Le hizo un arañazo en su gruesa cara. A él se le hincharon las venas del cuello grueso y le metió una torta en la cara. Los  delgados pies de la joven empezaron a resbalarse, ella se abalanzó contra él otra vez. Él paró el golpe y la volvió a empujar. Esta vez el efecto fue que la joven se dio fuerte contra una puerta de la furgoneta. Esto provocó la muerte de Raquel.
-Joder-gritó el hombre llevándose las manos a la cabeza, se aferró el pelo, tiró de él.

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